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¿Quién no ama un buen queso parmesano en una pasta, pasticho, o en un risotto?
Sabías que este queso duro italiano ha existido desde la Edad Media y se elabora solo en ciertas áreas de Italia de acuerdo con un proceso específico que se ha transmitido de generación en generación.
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Este queso es un queso seco que se desmenuza con un fuerte sabor a nuez y se puede usar rallado sobre platos como pastas, ensaladas, sopas, pizzas y más.
También se conoce el queso parmesano, como Parmigiano-Reggiano, y es uno de los quesos más populares y ampliamente famosos en el mundo.
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Este tipo de queso contiene un alto nivel de calcio, lo que lo convierte en una excelente fuente para la salud de los huesos, además de brindar otros beneficios para la salud, como ayudar a la digestión y ayudar a reducir los niveles de colesterol.
También contiene bacterias del ácido láctico que le dan su perfil de sabor único.
Historia
El queso parmesano es un queso granular duro que se ha elaborado de la misma manera durante siglos.
Originario de la ciudad italiana de Parma, el queso parmesano se remonta a la antigua Roma cuando se usaba como condimento de mesa.
Los sabores cremosos y a nuez del queso parmesano se crearon cuando los agricultores mezclaron leche de vaca con leche de oveja y cabra. Esta mezcla le dio al queso su perfil de sabor único.
Fue durante este tiempo que el Parmigiano-Reggiano, o “Parmesano” como lo conocemos hoy, fue creado por primera vez por maestros queseros que habían perfeccionado su receta durante generaciones.
El nombre “Parmigiano-Reggiano” hace referencia a las ciudades de Parma y Reggio Emilia, dos provincias ubicadas en el norte de Italia que son conocidas por producir algunos de los mejores quesos parmesanos disponibles en la actualidad.
El proceso de elaboración de este tipo de queso requiere una cuidadosa atención al detalle de principio a fin para obtener un sabor y una textura óptimos.
¿Cómo se hace?
Hacer parmesano requiere un proceso único que implica controlar cuidadosamente la temperatura y la humedad para un curado y envejecimiento óptimos.
La producción de parmesano comienza con el proceso de pasteurización de la leche y la adición de cultivos iniciadores para formar cuajada.
Luego, la cuajada se cocina, se corta y se prensa en moldes antes de pasar por la salmuera, el secado, el frotamiento con sal y el envejecimiento durante 12 meses o más.
Durante este tiempo, los microorganismos descomponen las proteínas del queso para crear su perfil de sabor característico mientras producen dióxido de carbono que crea agujeros en el interior del queso.
Una vez que ha envejecido adecuadamente, el queso parmesano se sella en un empaque hermético para preservar su sabor hasta que llega a la mesa de la cocina de los consumidores.
Beneficios nutricionales
Repleto de proteínas, el queso parmesano es una excelente opción para aquellos que buscan desarrollar masa muscular o simplemente agregar más proteínas a su dieta.
También contiene fósforo y calcio, que son esenciales para la salud y la fortaleza de los huesos, así como vitamina B-12, que es importante para la producción de energía en el cuerpo.
Además, proporciona zinc que aumenta la inmunidad, hierro que ayuda a la formación de glóbulos rojos y magnesio necesario para la función nerviosa y la contracción muscular.
Usos en Recetas
Uno de los usos más clásicos del queso parmesano es en una cremosa salsa alfredo.
El sabor salado a nuez se combina perfectamente con el vino blanco y el ajo para obtener una salsa simple, pero sabrosa que complementa cualquier tipo de plato de pasta.
Otra receta popular que usa queso parmesano son las verduras asadas; agrega una agradable textura crujiente cuando se espolvorea encima antes de hornear en el horno.
Por último, agregar un poco de parmesano rallado a los macarrones con queso le da un toque extra fuerte mientras lo mantiene cremoso y delicioso.